Vivimos en una sociedad que nos arrastra y hace creer que conviene adelgazar para tener una mejor apariencia y que nadie hable mal de nosotros por nuestro aspecto físico. Incluso parece que la mayoría de los servicios y herramientas que usamos en el día a día están pensados para gente que no sufre obesidad. Debemos cambiar la forma de pensar y buscar reducir peso, no por el qué dirán o las dificultades que otros nos ocasionan debido a nuestra obesidad, sino por nosotros mismos, por mejorar nuestra salud, por vernos capaces de cumplir nuestros objetivos, por vivir sin la angustia que provoca el ser obeso, por mejorar nuestra autoestima, por ser más felices.